Santander, libre de fiebre amarilla en 2025: el departamento fortalece su escudo sanitario ante brote nacional

Bucaramanga, abril de 2025 — Mientras varias regiones del país enfrentan una preocupante reactivación de casos de fiebre amarilla, el departamento de Santander se posiciona como un territorio libre de contagios, gracias a una estrategia integral y sostenida de vigilancia epidemiológica, prevención y educación comunitaria.

Hasta la fecha, no se ha registrado ningún caso confirmado de fiebre amarilla en todo el territorio santandereano durante el 2025, lo que representa un logro significativo en materia de salud pública. Este resultado, lejos de ser fortuito, responde a una política decidida de anticipación frente a las amenazas virales que afectan al país.

Un modelo preventivo sólido y en marcha

La red de salud del departamento ha desplegado un plan de acción riguroso que incluye vacunación masiva, control vectorial, monitoreo clínico y campañas pedagógicas en zonas urbanas y rurales. Gracias a estas acciones, se ha logrado inmunizar a la mayoría de la población en riesgo, especialmente en regiones cercanas a fronteras naturales y vías de alta circulación interdepartamental.

Los equipos de salud pública han realizado visitas casa a casa, puntos móviles de vacunación, y alianzas con instituciones educativas y centros de trabajo para garantizar que niños, jóvenes y adultos entre 1 y 59 años reciban la dosis de refuerzo oportuna contra la fiebre amarilla.

Además, se ha intensificado la eliminación de criaderos del mosquito transmisor —el Aedes aegypti— mediante jornadas comunitarias de recolección de residuos, fumigación en áreas críticas y entrega de kits preventivos, como toldillos y repelentes, en sectores priorizados.

Vigilancia activa en puntos estratégicos

Uno de los pilares del éxito en la contención de la fiebre amarilla en Santander ha sido la implementación de un sistema de vigilancia activa, con puestos de control epidemiológico en terminales de transporte, hospitales, centros de salud y municipios de frontera. En estos puntos se verifica el carné de vacunación y se hace seguimiento a viajeros que se desplazan desde o hacia zonas de riesgo.

Los profesionales de salud también han sido capacitados para detectar signos tempranos de la enfermedad y activar de inmediato los protocolos de atención, aislamiento y rastreo en caso de que se presente algún síntoma sospechoso.

Educación como herramienta clave

Entendiendo que la salud también se construye desde el conocimiento, la administración departamental ha desplegado campañas educativas para informar a la población sobre cómo prevenir la fiebre amarilla, cómo identificar sus síntomas y cuándo acudir al médico. Estas campañas han sido difundidas en emisoras locales, redes sociales, centros comunales y plazas de mercado, con mensajes claros y accesibles.

Gracias a este enfoque pedagógico, la ciudadanía ha asumido un rol activo en el autocuidado, la vigilancia vecinal y el cumplimiento de las recomendaciones sanitarias.

Llamado a la corresponsabilidad

A pesar de los resultados positivos, las autoridades de salud del departamento mantienen una postura de alerta preventiva permanente. Se ha hecho un llamado a la población a no bajar la guardia, a continuar con la eliminación de aguas estancadas en patios, terrazas y canales, y a garantizar que todas las personas que se desplacen a zonas rurales o viajen a departamentos afectados estén debidamente vacunadas.

Se recuerda que la fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda que puede ser letal si no se detecta y trata a tiempo, pero que es totalmente prevenible con una sola dosis de la vacuna.

Una muralla sanitaria ejemplar

Con estos resultados, Santander se consolida como uno de los departamentos mejor preparados frente al riesgo de enfermedades transmisibles, gracias a un trabajo articulado entre instituciones de salud, gobiernos locales y la comunidad. La meta es clara: mantener cero casos de fiebre amarilla durante todo el año y servir de modelo para otras regiones del país que hoy enfrentan el desafío de contener el brote.

El compromiso es firme: proteger la vida, preservar la salud y garantizar un entorno seguro para todos los santandereanos.

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