La senadora Paola Holguín se pronunció con firmeza este viernes sobre la decisión del presidente Gustavo Petro de no prorrogar el cese al fuego bilateral con las disidencias de las FARC al mando de alias “Calarcá”. Según la legisladora, esta medida, más que corregir el rumbo, evidencia las graves inconsistencias y la peligrosa selectividad del Gobierno en su política de paz total.
Crítica frontal a los ceses bilaterales
Holguín calificó los ceses bilaterales como “una pésima estrategia” que, lejos de promover una paz efectiva, han facilitado el fortalecimiento de las estructuras criminales. “Solo han permitido la expansión y ocupación de más territorio por parte de grupos armados ilegales, mientras se limita la acción legítima de la fuerza pública”, sentenció.
En ese sentido, alertó sobre las consecuencias que han tenido estos ceses: aumento del control territorial de grupos ilegales, mayor intimidación sobre las comunidades, crecimiento de economías ilícitas y debilitamiento del Estado en zonas rurales.
Señales políticas y preocupante sesgo
La senadora llamó especialmente la atención sobre la forma en que el Gobierno ha manejado las relaciones con los grupos armados. Si bien la decisión de suspender el cese con la facción liderada por alias “Calarcá” parece una reacción a hechos recientes de violencia, Holguín denunció que el Ejecutivo ha sido permisivo con estructuras como el ELN.
“Vemos cómo el gobierno lanza señales duras contra las FARC y el Clan del Golfo, pero poco o nada hace frente al ELN, a pesar de sus continuas acciones criminales”, advirtió la congresista, insinuando una posible afinidad o trato preferencial hacia dicha organización.
Llamado a la acción del Estado
Holguín insistió en que el país necesita una política de seguridad firme, que recupere el control del territorio, respalde a la fuerza pública y proteja a los ciudadanos. “No se puede construir la paz sobre la base de cesiones unilaterales ni debilitando al Estado frente al crimen”, afirmó.
La senadora concluyó su intervención exigiendo transparencia y coherencia en la política de paz del Gobierno, advirtiendo que las acciones ambiguas o politizadas solo agravarán el panorama de seguridad del país. “La seguridad no puede ser selectiva ni negociable, y mucho menos funcional a intereses ideológicos”, remató.