Histórico en Colombia: primera captura por maltrato animal bajo la Ley Ángel

Bucaramanga, 18 de mayo de 2025 — En un hecho sin precedentes, se registró la primera captura en Colombia por el delito de maltrato animal bajo la recién implementada Ley Ángel. Un hombre de 50 años fue detenido en Bucaramanga tras ser señalado de torturar y asesinar a un gato doméstico llamado Michín, en un acto de crueldad que ha generado indignación nacional.


🐾 Crueldad documentada

El arresto se produjo luego de que una vecina denunciara lo ocurrido y aportara pruebas audiovisuales donde se observa al agresor ahorcando al animal con una cuerda. Las autoridades actuaron rápidamente gracias a la contundencia del material probatorio, que permitió avanzar con el proceso judicial de forma inmediata.

Este caso, registrado en una zona residencial, conmocionó a la comunidad y puso en evidencia la necesidad urgente de aplicar rigurosamente la nueva normativa para proteger a los animales de todo tipo de violencia.


📜 Una ley con dientes

La Ley Ángel, vigente desde abril de 2025, eleva las penas por maltrato animal a niveles sin precedentes en el país. Ahora, quienes incurran en actos de tortura, asesinato o abandono extremo contra animales pueden enfrentar condenas de hasta 98 meses de prisión, sin posibilidad de excarcelación anticipada en casos agravados.

En este caso específico, el agresor quedó privado de la libertad mientras avanzan las diligencias legales, y podría enfrentar una condena efectiva en centro carcelario si se comprueba su responsabilidad.


⚖️ Un mensaje claro contra la impunidad

Esta primera captura marca un antes y un después en la lucha contra la violencia hacia los animales. Representa un precedente que envía un mensaje claro: el maltrato animal no quedará impune. La sociedad colombiana ha venido exigiendo una respuesta más firme frente a estos delitos, y esta acción refuerza la confianza en la justicia.

Se espera que este caso impulse a más ciudadanos a denunciar y a las autoridades a seguir aplicando la ley con rigor, promoviendo una cultura de respeto hacia todos los seres vivos.


Este hecho no solo sienta un precedente judicial, sino que también simboliza un avance ético en la protección de los animales. Colombia inicia así una nueva etapa en la defensa de quienes no tienen voz, pero sí derechos.

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