Una nueva tragedia enluta a la Policía Nacional de Colombia. Los patrulleros Belén Durán Ortiz y Edwin Feria Mercado fueron asesinados cobardemente mientras cumplían labores de servicio a la comunidad en el municipio de Cimitiba, departamento de Bolívar. El Director General de la Policía Nacional envió un mensaje de condolencia a sus familias y anunció medidas contundentes para capturar a los responsables de este execrable hecho.
“Fueron asesinados cobardemente y a traición mientras prestaban servicio a la comunidad”, declaró el alto mando policial, visiblemente conmovido. Como parte de la respuesta inmediata, se ofreció una recompensa de hasta 200 millones de pesos a quien suministre información efectiva que permita dar con el paradero de los homicidas.
De manera paralela, un equipo especializado de la Policía Judicial (DIJIN) se desplazó a la zona para asumir directamente la investigación, en coordinación estrecha con la Fiscalía General de la Nación. El objetivo: garantizar resultados rápidos y contundentes que lleven a la judicialización de los responsables.
Un crimen que refleja el desafío creciente de los grupos armados ilegales
Este ataque no es un hecho aislado. Se enmarca dentro de una estrategia violenta impulsada por estructuras criminales como el Clan del Golfo, las disidencias de las FARC y el ELN, quienes buscan debilitar la presencia de la Fuerza Pública en las regiones estratégicas. El asesinato de patrulleros —figuras clave en el tejido de seguridad de las comunidades rurales— representa un intento deliberado de sembrar miedo, desestabilizar y controlar territorios.
El Director General hizo un llamado urgente a toda la ciudadanía: “Necesitamos información oportuna que nos permita anticipar las acciones criminales de estas organizaciones”, subrayó. Sin el respaldo ciudadano, advirtió, se dificulta frenar el avance de estas amenazas que atentan no solo contra los uniformados, sino contra la estabilidad misma de los territorios.
¿Qué revela este atentado sobre la seguridad en Colombia?
La muerte de los patrulleros Durán Ortiz y Feria Mercado pone en evidencia dos situaciones preocupantes:
El fortalecimiento de las economías ilegales y la violencia armada: Grupos como el Clan del Golfo han aprovechado las dinámicas de paz total y los ceses al fuego parciales para expandir su influencia, multiplicando ataques contra policías, militares y población civil.
La necesidad de una estrategia integral y regionalizada de seguridad: El ataque en Cimitiba muestra que no basta con acciones reactivas. Es imprescindible fortalecer la inteligencia territorial, garantizar protección efectiva a las comunidades rurales y blindar el accionar de la Fuerza Pública.
En medio de este panorama, el mensaje de la Policía Nacional es claro: no se permitirá que estos crímenes queden impunes y se redoblarán todos los esfuerzos para honrar la memoria de los uniformados caídos.
“Juntos somos más fuertes”, concluyó el Director General, reiterando que la verdadera victoria frente al crimen solo será posible si Estado y ciudadanía actúan en unidad.
La Policía Nacional reafirma su compromiso de proteger a todos los colombianos y rendir homenaje a quienes ofrendan su vida en cumplimiento del deber.