Medellín, septiembre de 2025 — En la noche del jueves, las autoridades lograron capturar al primero de los implicados en el reciente atentado contra una torre de energía de EPM en el barrio Loreto. Alias Wilmer H. M., conocido como “El Tío” o “El Sastre”, se perfila como el primer detenido de peso, con indicios que lo vinculan directamente con las Disidencias del Frente 36 de las FARC.
🔎 Detalles relevantes del operativo y la detención
La captura se dio mediante un allanamiento en una vivienda del barrio San Pablo, comuna 3 – Manrique.
En el operativo se incautaron 19 banderas alusivas a las Disidencias del Frente 36, similares a las que se encontraron cerca del sitio de la detonación. También dinero en efectivo (más de 10 millones de pesos), uniformes, equipos de comunicación y material de intendencia que, según las autoridades, serían enviados a subregiones de influencia del Frente 36.
“El Sastre” estaría encargado de la producción (confección) de prendas y banderas utilizadas por la estructura ilegal, lo cual no solo lo ubica como colaborador logístico, sino como pieza clave en la cadena del terror simbólico: señalización territorial, propaganda, intimidación.
Se le señala además como cabecilla logístico de la disidencia en Antioquia, con poder en zonas como Briceño, donde ese grupo tiene influencia territorial.
⚠️ Significado institucional y social
El atentado contra la torre eléctrica no fue simplemente un hecho vandálico ni un sabotaje de infraestructura: es un símbolo de violencia que impacta lo esencial para la vida urbana: el servicio eléctrico, la seguridad, la tranquilidad de los ciudadanos.
La presencia de banderas de la disidencia en el lugar del atentado no es casual: es una señal de pertenencia, de reclamación de territorios, de declaración de fuerza.
Que un actor con capacidad logística, financiera y simbólica sea capturado es una victoria táctico-operativa, pero muy lejos de un triunfo definitivo. Nos obliga a reflexionar sobre la magnitud de redes criminales que operan dentro de las ciudades, entre la población civil, sin que siempre se visibilicen.
💬 Un llamado institucional y ciudadano
Las autoridades deben continuar con rigor la investigación, no solo para judicializar a quien ya fue detenido, sino para mapear y desmantelar completamente la red detrás del atentado.
Es vital proteger el proceso legal para que la justicia sea transparente, sin excesos, sin montajes, y con garantías.
Ciudadanos, organizaciones sociales y medios de comunicación tienen una responsabilidad: no permitir que el miedo silencie la exigencia de verdad, de seguridad, de convivencia en paz.
Medellín, como ciudad, tiene el reto de reforzar su tejido social, sus redes de prevención, sus alertas comunitarias, su vigilancia ciudadana. Cada ciudadano tiene un papel: denunciar, exigir seguridad, colaborar.
✅ Conclusión
La captura de “El Sastre” representa no solo un paso en la respuesta inmediata al atentado, sino una oportunidad para que Medellín y Colombia entera renueven su compromiso con la seguridad urbana, con la denuncia del terrorismo, con el apoyo a quienes trabajan para que los ciudadanos vivan sin temor.
Que este arresto no sea solo una noticia de titulares, sino el principio de un movimiento de justicia fuerte, de control efectivo del crimen, de claridad institucional y de paz en los barrios.