Operativo del GAULA desmantela un “call center” criminal en la cárcel de Cómbita

Bogotá, 18 de agosto de 2025

En un operativo de alto impacto, el GAULA de la Policía Nacional, con apoyo de unidades especializadas y más de 150 uniformados, desarticuló un complejo “call center” criminal que operaba desde el interior de la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en Boyacá.

La acción, ejecutada en horas de la madrugada, evidenció que tras los muros del penal se había consolidado una estructura delictiva dedicada a la extorsión masiva contra ciudadanos de Bogotá y otras regiones del país.


La operación y el despliegue

Durante el procedimiento, los uniformados ingresaron de manera simultánea a 303 celdas, empleando equipos tecnológicos de rastreo, drones, detectores de señal y unidades caninas. El despliegue permitió identificar y confiscar múltiples elementos con los que los reclusos mantenían contacto directo con el exterior.

La operación fue producto de varios meses de inteligencia, en los que se rastrearon patrones de llamadas, transferencias de dinero, análisis de metadatos y monitoreo de comunicaciones ilegales que provenían desde el centro penitenciario.


Material incautado

El balance del operativo incluyó la incautación de:

  • Más de 50 teléfonos celulares, algunos de última generación.

  • Un iPad, cinco módems de internet y decenas de tarjetas SIM.

  • 40 cables USB, 30 cargadores y adaptadores.

  • 12 libretos con guiones para ejecutar las llamadas extorsivas, detallando paso a paso el modo de engañar a las víctimas.

  • 23 armas corto punzantes, joyas y un kilogramo de marihuana.

Estos elementos evidencian que los internos habían creado una infraestructura criminal organizada, con roles definidos, responsables de comunicaciones y encargados de recolectar los pagos producto de la intimidación.


El modus operandi

Las investigaciones revelaron que los reclusos se hacían pasar por supuestos funcionarios de la Fiscalía, la Policía o incluso integrantes de grupos armados ilegales. Con libretos preestablecidos, intimidaban a comerciantes, transportadores y empresarios, exigiendo sumas de dinero a cambio de no atentar contra ellos o sus familias.

El uso de varios dispositivos en simultáneo permitía que un mismo grupo realizara decenas de llamadas diarias, logrando mantener bajo amenaza a múltiples víctimas de forma coordinada.


Impacto en las cifras de extorsión

El desmantelamiento de este “call center” representa un golpe significativo contra el crimen organizado en el país. Según las autoridades, la estructura estaba detrás de un número considerable de casos de extorsión reportados en Bogotá, y su neutralización ya se refleja en la reducción del 19 % de las denuncias por este delito en lo corrido del año.

La Policía asegura que el éxito de este operativo se traduce en más seguridad para la ciudadanía y en un precedente frente al control que debe ejercerse en los establecimientos penitenciarios.


Retos y reflexiones

A pesar del resultado positivo, el hallazgo genera preocupación sobre el nivel de corrupción y vulnerabilidad del sistema carcelario colombiano. Que un grupo de internos haya logrado consolidar semejante operación desde un penal de máxima seguridad evidencia las debilidades en el control de ingreso de dispositivos y la necesidad urgente de fortalecer la seguridad tecnológica y física en las prisiones.

El reto para las autoridades no solo está en desmantelar estas estructuras, sino en prevenir que vuelvan a surgir. Esto implica mayor inversión en equipos de inhibición de señal, controles estrictos a personal de guardia y auditorías periódicas dentro de los establecimientos.


Conclusión

El operativo en Cómbita no es un hecho aislado, sino un recordatorio de que el crimen organizado se adapta y encuentra nuevas formas de operar, incluso tras las rejas. Sin embargo, también demuestra que con inteligencia, coordinación y tecnología es posible golpear con contundencia a quienes pretenden sembrar miedo desde la ilegalidad.

La ciudadanía espera que estas acciones no sean esporádicas, sino parte de una estrategia permanente que devuelva la confianza en el sistema penitenciario y garantice que quienes están privados de la libertad realmente cumplan sus condenas sin seguir delinquiendo desde la cárcel.

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