La situación evidencia vacíos del sistema judicial y plantea nuevos desafíos para la justicia en Colombia
Una liberación que indigna
La reciente decisión judicial que otorgó la libertad a miembros del grupo criminal conocido como “Los Rolex” ha desatado una fuerte reacción por parte de la Ministra de Justicia, quien calificó el hecho como una clara muestra de que el crimen organizado continúa aprovechándose de los vacíos y lentitudes del sistema penal.
Los integrantes de esta banda, señalados de realizar millonarios robos de relojes de alta gama, fueron capturados en medio de operativos que supusieron meses de inteligencia y cooperación entre distintas autoridades. Sin embargo, su sorpresiva liberación ha generado indignación ciudadana y cuestionamientos sobre la eficacia del aparato judicial.
“La delincuencia va un paso adelante”
Con un mensaje contundente, la Ministra expresó que la delincuencia organizada parece actuar con mayor agilidad que las propias instituciones, aprovechando tecnicismos y fallas de procedimiento para salir impune. La frase “la delincuencia va un paso adelante” se convirtió en un llamado urgente a revisar la legislación penal, fortalecer los mecanismos de captura y agilizar las decisiones judiciales.
La alta funcionaria enfatizó que hechos como este no solo frustran el trabajo de las fuerzas de seguridad, sino que también debilitan la confianza ciudadana en el Estado de Derecho.
Cooperación internacional como estrategia clave
En medio de este panorama, se ha hecho pública una alianza estratégica entre los ministerios de justicia de Colombia y Perú, orientada al fortalecimiento de la cooperación judicial binacional. El objetivo principal es intercambiar información, unificar protocolos de actuación y establecer mecanismos más ágiles de extradición y persecución penal.
Este acuerdo responde a la creciente movilidad del crimen transnacional, donde bandas como “Los Rolex” operan con sofisticación y vínculos internacionales, lo que exige una respuesta estatal articulada más allá de las fronteras.
Desafíos del sistema judicial colombiano
El caso también ha reavivado el debate sobre las reformas estructurales que requiere el sistema judicial colombiano. Desde hace tiempo, diversos sectores vienen advirtiendo sobre la necesidad de modernizar los procesos, disminuir la impunidad y cerrar brechas que permiten que el crimen se filtre y hasta se fortalezca en medio de las debilidades legales.
La liberación de los capturados ha sido interpretada por muchos como una señal de advertencia: sin cambios profundos, el país seguirá viendo cómo los esfuerzos institucionales se diluyen frente a la astucia de las redes criminales.
Un llamado a la acción coordinada
Desde el Ministerio de Justicia se ha insistido en que la solución no está solo en castigar, sino en prevenir, transformar y construir una justicia más cercana a la ciudadanía. Este caso debe marcar un punto de inflexión para que todas las entidades —jueces, fiscales, investigadores y legisladores— trabajen con urgencia y coherencia frente a un fenómeno que no da tregua.
La batalla contra la impunidad no es solo legal, es también moral, y exige que el país actúe con decisión para evitar que episodios como este se repitan.