Bogotá, septiembre de 2025 — El 9 de septiembre se convirtió en el inicio de una pesadilla para la familia de Sharol Guerrero y Laura Vargas, dos primas de 14 años que desaparecieron tras salir de la casa de un familiar en el barrio 20 de Julio. Desde entonces, su ausencia se ha vuelto un calvario lleno de señales perturbadoras, mensajes extraños y una creciente angustia.
🔍 Lo que se sabe hasta ahora
Fecha de desaparición: 9 de septiembre
Lugar de origen: Barrio 20 de Julio, Bogotá
Las menores: Sharol Guerrero y Laura Vargas, ambas de 14 años, primas
Al poco tiempo de su desaparición, varios hechos llamaron la atención:
El teléfono de una de ellas registró señal de ubicación en la zona de tolerancia del barrio Santa Fe, en el centro de Bogotá.
Ambos dispositivos móviles, así como sus redes sociales, dejaron de funcionar poco después del domingo en que desaparecieron.
La familia dice haber recibido un mensaje anónimo vía WhatsApp de alguien que se identificó como trabajadora sexual. En ese mensaje se decía que Sharol y Laura estaban acompañadas de un hombre llamado Raúl, involucrado en venta de drogas y “áreas de consumo”, y que les “debían algo por el consumo”.
También se supo que, horas antes de que desaparecieran, al menos una de las jóvenes hizo una publicación en redes en la que aparece en compañía de un grupo de otros adolescentes y una mujer de aproximadamente 20 años.
⚠️ Las preocupaciones grandes
Para la familia, esas pistas generan un temor profundo: que las menores no estén simplemente perdidas, sino retenidas contra su voluntad, posiblemente en un entorno peligroso, o incluso secuestradas. Hay sospechas de vínculo con redes de explotación o microtráfico, dadas las referencias que hicieron los mensajes anónimos.
🏛 Estado de la búsqueda
Las autoridades ya fueron alertadas del caso, y la familia pide que intensifiquen los rastreos en la zona de Santa Fe, así como verificación de cámaras de seguridad.
Las madres han clamado que cualquier persona con información se comunique, tanto para ayudar como para asegurar el bienestar de Sharol y Laura.
💬 ¿Qué implica que un caso así ocurra?
Fallas en los mecanismos de protección infantil
Que dos niñas de 14 años desaparezcan y que sus redes sociales y celulares se apaguen sin que haya una respuesta inmediata eficaz revela debilidades en el sistema de alerta y protección de menores.La responsabilidad del entorno digital
Las redes sociales, apps, ubicación GPS: tecnologías que deberían servir para seguridad también pueden amplificar los riesgos si no se emplean con supervisión, educación y medidas preventivas.Vulnerabilidad adolescente
Los jóvenes, especialmente en contextos urbanos con desigualdad, están expuestos a riesgos cuando hay falta de acompañamiento, de referentes, de espacios seguros; cuando la curiosidad, la presión de grupo o la necesidad de pertenencia los acercan a ambientes que resultan peligrosos.Urgencia de acción institucional y comunitaria
No basta con buscar: debe haber protocolos claros, alertas tempranas, apoyo psicosocial, medidas preventivas, rutas de denuncia seguras, redes de solidaridad. La comunidad tiene un rol crucial, pero necesita respaldo institucional fuerte.
✅ Reflexión final
Sharol y Laura son dos rostros más de la invisibilidad que sufren muchos jóvenes cuando desaparecen sin que el mundo las vea con urgencia. Su historia debería ser un llamado: no normalicemos el silencio. No permitamos que los mensajes anónimos sean la única voz que hable por las víctimas. No dejemos que el miedo sea la respuesta.
Porque cada menor perdido es una familia rota, una sociedad que falla. Y porque encontrarlas, con vida, con oportunidades, con dignidad, es un deber de todos.