Medellín, mayo de 2025 — En un Consejo de Seguridad extraordinario realizado en la sede de la Cuarta Brigada, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, lanzó un mensaje enérgico y sin ambigüedades al Gobierno Nacional, al expresar su creciente preocupación por lo que considera una desviación peligrosa en la interpretación de la política de “paz total”. Acompañado por el ministro de Defensa, altos mandos militares y de policía, y el gobernador de Antioquia, Gutiérrez advirtió que “la paz total no puede convertirse en una licencia para delinquir”.
El encuentro de alto nivel se llevó a cabo tras el incremento de hechos violentos, extorsiones, desplazamientos y homicidios que han sacudido distintos sectores de Medellín y del Valle de Aburrá en las últimas semanas. Con tono firme, el mandatario local denunció que varios grupos delincuenciales están aprovechando la narrativa del diálogo y la negociación para fortalecerse, ampliar sus redes de control territorial y seguir sometiendo a la ciudadanía bajo amenazas.
🧨 Criminalidad en aumento y presencia insuficiente del Estado
Durante su intervención, el alcalde detalló cómo estructuras como La Terraza, Caicedo, y otros combos vinculados al multicrimen urbano, han intensificado su accionar. “Extorsionan, matan, desplazan familias, imponen toques de queda y se disputan el territorio a sangre y fuego, mientras nosotros como Estado nos vemos atados en muchos frentes por interpretaciones blandas de la ley o por una política que confunde perdón con permisividad”, sentenció.
Además, cuestionó la falta de respuestas eficaces desde el orden nacional: “Necesitamos contundencia, decisiones valientes, coordinación real. La seguridad no puede quedar atrapada entre discursos ideológicos”.
🛡️ Más pie de fuerza y tecnología: exigencias de la ciudad
Gutiérrez aprovechó el Consejo para reiterar la urgente necesidad de mayor presencia del Ejército Nacional en la ciudad, especialmente en las comunas más golpeadas por la criminalidad. Aunque reconoció el esfuerzo de la Policía Metropolitana, insistió en que los uniformados “no dan abasto frente al poder armado, financiero y territorial que han acumulado estas estructuras”.
También pidió al Ministerio de Defensa apoyo concreto y recursos para la construcción del C5 – Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo, una plataforma tecnológica que permitiría monitoreo inteligente con cámaras, drones, inteligencia artificial y sistemas de respuesta rápida en toda el área metropolitana.
“El C5 es una necesidad, no un lujo. Si queremos dar resultados contundentes, tenemos que invertir en tecnología, no solo en discurso”, enfatizó.
🧯 Protestas, orden público y terrorismo urbano
Otro de los puntos clave abordados fue la creciente instrumentalización de las protestas sociales por parte de grupos que buscan generar terror urbano. El alcalde fue enfático en distinguir entre las movilizaciones legítimas y pacíficas —a las cuales dijo respetar—, y los actos vandálicos que buscan alterar el orden público.
“Hay quienes quieren disfrazarse de protesta para sembrar miedo, incendiar vehículos, bloquear ambulancias, saquear locales. Esa no es protesta, es terrorismo urbano, y debe ser enfrentado como tal”, indicó.
🌱 Gobernación respalda endurecimiento de estrategias
Por su parte, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, respaldó el llamado del alcalde y añadió propuestas adicionales para combatir el avance del crimen. En particular, planteó la necesidad de retomar el uso de aspersión aérea para enfrentar el crecimiento exponencial de cultivos ilícitos en zonas como el Bajo Cauca, el Nordeste y el Urabá antioqueño.
“El narcotráfico sigue siendo el combustible de toda esta maquinaria criminal. Si no se toca su base financiera, no habrá paz duradera”, advirtió Rendón, al tiempo que pidió acciones más agresivas contra las finanzas de grupos armados ilegales.
🔍 Un llamado a actuar antes de que sea tarde
El Consejo de Seguridad concluyó con compromisos conjuntos para redoblar esfuerzos en materia de inteligencia, operativos focalizados y fortalecimiento del tejido comunitario. Sin embargo, el tono general fue de advertencia: la situación de orden público en Medellín y su área metropolitana atraviesa un momento delicado, y requiere medidas urgentes y firmes.
“El Estado no puede renunciar a su deber de proteger. Y si hay que volver a actuar con toda la fuerza legal disponible, que así sea. Porque en Medellín, la paz no puede ser sinónimo de impunidad”, concluyó el alcalde.
El mensaje está dado. Medellín no está dispuesta a ceder su territorio al crimen. Y exige que la paz se construya desde la ley, la autoridad y la justicia. No desde el silencio, ni desde la indiferencia.