Venezuela vive días de tensión diplomática y militar con Estados Unidos. Las recientes operaciones en el mar Caribe —ataques a embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico cerca del territorio venezolano— han provocado una ola de encuestas que muestran cómo la ciudadanía responde ante la posibilidad de que estas acciones conduzcan al fin del mandato de Nicolás Maduro.
📊 Lo que dicen las encuestas
Un 9 % de los venezolanos cree que “cada vez está más cerca la caída del gobierno” de Maduro. Otro 8 % prefirió no responder. Semana
Según otra encuesta llamada Datos es Noticia, un 43,9 % saldría a las calles para apoyar una intervención militar externa que intentara sacar a Maduro del poder; un 37,7 % se mantendría pasivo; solo un 7 % está preparado para rechazar esa opción. El Tiempo
Sobre las emociones dominantes: la esperanza lidera, con alrededor del 64 % de los encuestados, seguida de la incertidumbre (27,6 %), y un porcentaje pequeño que manifiesta emociones negativas como el miedo (aproximadamente 5 %). El Tiempo
Con respecto a la responsabilidad por la escalada: cerca del 83 % de los venezolanos responsabiliza al presidente Maduro y al alto mando militar por las tensiones con EE.UU.; en cambio, solo un porcentaje muy bajo culpa directamente al gobierno de Donald Trump. El Tiempo
🔎 Lo que los venezolanos temen y lo que exigen
Hay un consenso significativo de que una acción militar extranjera no es la solución ideal: muchos prefieren que el régimen cambie por vías políticas o internas, aunque apoyan la presión internacional como mecanismo para aumentar la legitimidad del reclamo. El Tiempo
La posibilidad de represión interna es una preocupación real. Una mayoría importante cree que lo más probable es que el régimen responda con mayor autoritarismo. El Tiempo
La opinión pública parece dividirse: entre quienes ven las operaciones militares como una esperanza y quienes las miran con recelo, temiendo un estallido de violencia o desorden.
⚠ Reflexiones
El deseo de cambio no implica respaldo ciego a opciones violentas
El hecho de que un porcentaje significativo apoye una intervención externa como camino al fin del régimen muestra frustración e impaciencia, pero no necesariamente que la mayoría quiera una guerra. La gente teme el costo humano de un conflicto abierto.Confianza y legitimidad en crisis
La alta responsabilidad atribuida por la población a Maduro y al alto mando militar sugiere que las acciones y decisiones del gobierno están perdiendo aceptación entre quienes lo apoyaban. Cuando un liderazgo se ve señalado mayoritariamente por sus ciudadanos como causante de tensión internacional, pierde parte de su legitimidad doméstica.El papel de la oposición y el factor externo
En las encuestas se ve que la ciudadanía está dispuesta a que la oposición aproveche la presión internacional. Esto pone una carga sobre los líderes opositores: deben traducir esas condiciones externas en propuestas políticas viables, creíbles y que representen los intereses reales de la gente.El miedo latente
Aunque porcentajes altos muestran esperanza, también hay incertidumbre, y pequeñas pero significativas muestras de miedo. Las experiencias pasadas de represión o conflicto pesan, y la escalada militar puede disparar riesgos reales.
✅ Conclusión
Las encuestas reflejan un país dividido entre la necesidad de cambio, la urgencia y el temor. Los venezolanos no ven con buenos ojos un desenlace violento, pero sí muestran apertura a que actores externos intervengan si eso implica una alternativa. Lo que predomina es la esperanza, apoyada por una demanda de acciones concretas y justicia, no solo discursos.
En este momento, el pulso no está solo entre regímenes internacionales, sino dentro de la sociedad venezolana: entre quienes quieren un cambio, quienes quieren paz, quienes exigen derechos, quienes recuerdan los errores del pasado. Ese pulso —y cómo se traduzca en acciones internas y externas— determinará si estas operaciones militares serán vistas como preludio de dolor o posibilidad de transformación.
Una respuesta
He trabajado en VZ.
Conozco su geografía, recursos, industria, etc., pero más a su población.
Ellos, como buenos caribeños, son la muestra palpable de la gente laxa y sin motivaciones.
De ahí que quienes deberían hacer luchado contra la tiranía y la corrupción estatal son sus propios ciudadanos.
Son ellos, quienes padecen todas las crueldades impuestas por un partido socialista extremista durante 25 años, los llamados a presionar desde adentro su propio cambio integral.
Este es un momento histórico y preciso que si la población lo aprovecha, tumbarían el ilegal gobierno, pero la pereza, la abulia y la apatía caribeña lo impiden.
Si esos 7M de migrantes se regresaran a protestar indefinida y constantemente, VZ tendría el cambio anhelado.