BOGOTÁ, 6 de agosto de 2025
La representante a la Cámara, Jennifer Pedraza, encendió el debate político al denunciar públicamente la existencia de lo que denominó el “clan de las hermanas Guerrero” operando dentro del Ministerio de la Igualdad. Según su intervención, estas hermanas controlan funciones claves en la cartera gracias al respaldo del ministro del Interior, Armando Benedetti.
🔍 La denuncia de Pedraza
Pedraza afirmó que la joven activista Juliana Guerrero, señalada a ser nombrada viceministra de la Juventud, carece de experiencia profesional y ocupa una posición de poder gracias a su cercanía con Benedetti. Junto a ella, su hermana Verónica Guerrero habría influido en el bloqueo de contrataciones y en decisiones clave en áreas como la Universidad Popular del Cesar.
La congresista advirtió que esta influencia ha convertido al Ministerio de la Igualdad en “una caja menor de la politiquería”, secuestrando su propósito original de servir a las mujeres y juventudes del país.
🏛️ Poder y nepotismo institucional
Según Pedraza, el nombramiento de Juliana implicó modificar el manual de funciones de la entidad, ya que no cumple con los requisitos profesionales exigidos. El cargo, del que se espera que devengue más de 14 millones de pesos mensuales, ha sido cuestionado por lo que representa para aspirantes jóvenes con experiencia acreditada.
Verónica fue acusada de ordenar, incluso antes del nombramiento formal de su hermana, la paralización de procesos de contratación. “Se para todo”, habría dicho, según Piedra. Estas decisiones y su capacidad de intervención apuntan a una operación coordinada desde círculos de poder internos.
⚠️ Críticas y consecuencias políticas
La congresista cuestionó directamente al presidente por no exigir responsabilidades políticas frente a lo que calificó como una instrumentalización del Ministerio por parte de influencias cercanas a Benedetti. Pedraza expresó su preocupación por cómo se están desplazando jóvenes profesionales por conexiones políticas en lugar de méritos.
La denuncia ha generado amplio debate sobre transparencia, meritocracia y la presencia de redes de influencia interna dentro del Ejecutivo.
🧭 Análisis editorial
Este episodio revela una tensión profunda entre la promesa de un Ministerio de la Igualdad autónomo y su posible captura por lógicas clientelistas. Lo que debería ser un espacio de representación comunitaria corre el riesgo de convertirse en un centro de poder personal.
Los controles institucionales parecen insuficientes ante el poder de vínculos personales. Cuando un ministerio dedicado a la juventud está administrado por quienes no representan los debates generacionales, se desvirtúa su propósito y se desencanta a quienes esperaban cambios reales.
Este debe ser un momento de reflexión sobre el uso del poder político, los nombramientos basados en conexiones y la urgencia de recuperar la integridad institucional.
✅ Conclusión
Jennifer Pedraza puso en la mira al llamado “clan de las hermanas Guerrero”, señalando una influencia tejida desde el Ministerio de Igualdad bajo la sombra del ministro Benedetti. Más allá del debate político inmediato, esta denuncia invita a repensar la equidad, la transparencia y el propósito de una cartera nacida para servir a los sectores más vulnerables del país.