La ciudad de Bogotá enfrenta una crisis hídrica que podría llevar a un racionamiento diario de agua, según advirtió el alcalde Carlos Fernando Galán. La situación ha sido causada por la falta de lluvias y el alto consumo, que han reducido los niveles de los embalses que abastecen la ciudad, especialmente el sistema Chingaza. Aunque la planta de tratamiento de Tibitoc ha ayudado a mitigar la presión sobre los embalses, Galán afirmó que si en una semana no mejoran las precipitaciones y no se reduce el consumo, se implementarán medidas más severas para asegurar el suministro de agua.
El alcalde hizo un llamado a los bogotanos para que adopten prácticas de ahorro y sean conscientes del uso responsable del agua. Actualmente, ya se están realizando cortes programados en algunas zonas de la ciudad para administrar mejor los recursos disponibles. Además, se están evaluando alternativas para optimizar la distribución del agua y minimizar el impacto del racionamiento en la población.
La administración ha lanzado campañas de sensibilización para informar a la ciudadanía sobre la gravedad de la situación y la necesidad de conservar agua. Estas acciones buscan evitar un escenario de racionamiento severo, que no solo afectaría a los hogares, sino también a la industria y el comercio, con posibles consecuencias económicas negativas.
La crisis resalta la vulnerabilidad de Bogotá frente a los cambios climáticos y la importancia de implementar políticas sostenibles de gestión del agua a largo plazo. Las autoridades continuarán monitoreando de cerca las condiciones climáticas y los niveles de los embalses para ajustar las medidas según sea necesario.
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