Cuando la coalición se vuelve interrogante: Barreras, la Alianza Verde y el pulso del progresismo

“De la súplica a la controversia: Roy Barreras sacude el tablero político al buscar entrar a la Alianza Verde”

En un escenario político cada vez más volátil, donde las alianzas se construyen y se derrumban al ritmo de intereses y tensiones ideológicas, ha estallado una controversia que pone en tela de juicio los principios del progresismo colombiano. Roy Barreras, una figura emblemática del poder tradicional reconvertido al discurso del cambio, se encuentra en el centro de una tormenta política por su intento de tejer una alianza con la Alianza Verde.

🧩 La estrategia que divide

Roy Barreras, después de su paso por el Senado, su papel como embajador y su intento de liderar una nueva corriente política bajo su sello personalista, ha buscado abrirse camino nuevamente en el Congreso. Para lograrlo, ha recurrido a lo que algunos consideran una estrategia desesperada: intentar consolidar una lista con la Alianza Verde, movimiento que ha construido su capital político precisamente sobre la base de ser diferente, alternativo y comprometido con causas sociales y ambientales.

Pero esta jugada no cayó bien en todos los sectores de dicho partido. Desde adentro, varias voces han expresado su rechazo a cualquier acercamiento con figuras que, aunque progresistas en su discurso, cargan con el lastre de una trayectoria política marcada por el pragmatismo, las alianzas flexibles y la cercanía con gobiernos de corte tradicional. El intento de Barreras de “reconciliar lo irreconciliable” ha encendido alarmas.

⚠️ El progresismo entre la ética y la conveniencia

Este episodio abre una grieta dentro del llamado bloque alternativo. ¿Qué tanto se puede negociar en nombre de la gobernabilidad y la victoria electoral? ¿Hasta qué punto es válido abrirle la puerta a actores que, aunque con un nuevo ropaje, siguen representando formas de hacer política que muchos jóvenes, activistas, ambientalistas y líderes comunitarios rechazan?

La política no puede seguir siendo una ruleta donde todo vale. Si se pierde la coherencia, se pierde el alma de los movimientos. Y eso lo entienden quienes ven en la Alianza Verde un refugio de principios, no un trampolín electoral. La indignación es legítima cuando se percibe que el cambio puede ser cooptado por los mismos de siempre, solo que con otros colores.

🎭 Una narrativa desgastada

Otro de los puntos de quiebre es la narrativa. Barreras ha construido parte de su imagen sobre el discurso de la paz, una bandera que fue poderosa durante la firma del Acuerdo con las FARC. Sin embargo, ese relato parece desgastado en un país donde la violencia no solo persiste, sino que se ha mutado. Para muchos, seguir utilizando la paz como herramienta política resulta desconectado de una realidad en la que el conflicto se ha reconfigurado, los actores armados han mutado y la esperanza de reconciliación necesita más hechos que discursos.

El país ya no se emociona con promesas abstractas, sino que exige resultados concretos. Y cuando esa narrativa es usada para buscar avales, cupos o alianzas, pierde fuerza. La gente ve en ello oportunismo, no convicción.

🤝 Coaliciones, pero con límites

No se trata de satanizar las alianzas. La historia política demuestra que los pactos amplios son necesarios. Pero las coaliciones no pueden ser una excusa para diluir principios. No se puede hablar de ética política y, al mismo tiempo, abrir la puerta a quienes representan las prácticas que se han combatido.

La coherencia importa. Y más en tiempos donde la ciudadanía está vigilante, donde las redes amplifican cada incoherencia y donde el voto joven, crítico y analítico puede marcar la diferencia. El progresismo no puede darse el lujo de perder credibilidad justo cuando más necesita consolidarse como una alternativa real y seria de poder.


🧠 Reflexión final

Lo que está en juego no es solo una lista al Senado. Es la identidad del progresismo. Es la confianza de miles de ciudadanos que han creído en otra forma de hacer política. Es la posibilidad de construir un país donde el cambio no sea solo una promesa de campaña, sino una práctica cotidiana.

Roy Barreras puede tener el derecho de aspirar, pero la Alianza Verde tiene el deber de proteger lo que representa. Y los ciudadanos, el poder de exigir coherencia.

Una respuesta

  1. Roy Barreras es un camaleón. Nunca ha tenido un norte claro. Uribista, Santista, Duquista, Petrista. Estos personajes son los más peligrosos

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