Bogotá, 31 de agosto de 2025.
La Fiscalía y la Policía Nacional confirmaron la captura en Bogotá de Harold Daniel Barragán Ovalle, alias “Harol”, quien se convierte en el séptimo detenido vinculado al atentado que terminó con la vida del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. El procedimiento fue realizado tras una investigación que reveló su papel clave en la operación criminal.
Perfil criminal y rol en la operación
Alias “Harol” cuenta con más de 10 años de antecedentes delictivos: fue condenado por un violento robo a un empresario en 2019 y se desempeñaba como distribuidor de drogas en el noroccidente de Bogotá.
Estaba al servicio de alias “El Costeño” y se le atribuye un rol decisivo en la coordinación logística del magnicidio, incluyendo la planeación del lugar, el transporte y la organización de la huida.
Se le imputan delitos como homicidio agravado, tráfico de armas, concierto para delinquir agravado y uso de menores en actividades delictivas.
Declaración oficial y judicialización
La captura fue presentada ante un juez de control de garantías, quien dejó en firme la medida de aseguramiento. La audiencia de imputación de cargos ya está programada. Las autoridades resaltaron que esta detención consolida el esclarecimiento del entramado criminal que ejecutó el ataque contra Uribe Turbay.
Contexto del magnicidio
El magnicidio ocurrió el 7 de junio de 2025 en Bogotá, donde un menor de 15 años —reclutado por una red criminal— disparó contra el senador. El adolescente fue el autor material del atentado y fue condenado a siete años de internamiento en un centro especializado, como máximo penalmente permitido para menores en Colombia.
Con la captura de alias “Harol”, ya son siete los implicados capturados: desde el sicario menor, pasando por quienes facilitaron el arma y la logística, hasta los líderes intelectuales que ordenaron el ataque.
Conclusión
Con la detención de alias “Harol”, la justicia avanza en desmantelar la estructura criminal detrás del asesinato de Miguel Uribe Turbay. Su perfil y antecedentes confirman que no se trató de un caso aislado, sino de un atentado planificado por una red con capacidad operativa y experiencia delictiva extendida. El país espera ahora que esta captura acerque a los verdaderos instigadores de esta violencia política al estrado judicial.