ITAGÜÍ, 13 de agosto de 2025.
La comunidad de Itagüí enfrenta un horror real: un joven de 19 años fue apuñalado por la espalda mientras paseaba a su mascota por el barrio Villa Paula. El ataque, perpetrado por un hombre de 77 años en condición de calle, fue captado por cámaras de vigilancia y dejó a todo el municipio en estado de conmoción.
Detalles del crimen
Víctima: Esteban Yepes Palacio, quien disfrutaba una tarde común paseando con su perro.
Autor: Un hombre mayor, sin hogar, identificado como William, de 77 años.
Modus operandi: En un giro inesperado, el agresor se devolvió, lo atacó por la espalda con arma blanca y huyó inmediatamente después.
Respuesta inmediata: Gracias al sistema de cámaras de seguridad urbana, la Policía y el Ejército lograron ubicar y capturar al sospechoso de inmediato, evitando la impunidad.
Reacción institucional y comunitaria
El alcalde de Itagüí, visiblemente afectado, expresó solidaridad con la familia del joven y declaró que “Hoy asesinaron a una familia, no solo a un joven”. Además, anunció que se guardará un minuto de silencio en actos públicos.
La Personería Municipal condenó el crimen y proclamó que la vida de los jóvenes en Itagüí es sagrada.
Desde la Secretaría de Seguridad, se destacó la rápida coordinación entre Policía, Ejército y el sistema de vigilancia, lo que posibilitó una captura ágil y efectiva.
Análisis editorial: violencia sin lógica
Este crimen no es solo una tragedia personal: es una herida profunda en la cotidianidad. Un paseo inocente, una mascota compartida, una conversación espontánea… interrumpidos por un acto irracional e inexplicable.
La inversión en sistemas de seguridad preventiva y vigilancia demostró ser efectiva y salvavidas en este caso puntual. La policía actuó con precisión, las cámaras cumplieron su propósito y el sistema judicial recibió un caso claro para procesar.
Pero, más allá del operativo efectivo, está el llamado urgente a repensar cómo cuidamos a nuestros jóvenes y cómo respondemos a la vulnerabilidad social. Este asesinato plantea una pregunta esencial: ¿hasta cuándo las comunidades deben convivir con el miedo?
Conclusión
Esteban esperaba una tarde cualquiera junto a su perro. La violencia irracional le robó la vida. Hoy Itagüí llora, exige justicia y reafirma que ningún joven debe ser una estadística más. Este acto de horror no es solo contra él: es contra todos.