BOGOTÁ – 13 de agosto de 2025.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, encendió las alertas nacionales tras revelar que existen dos presuntos atentados dirigidos en su contra, descubiertos por la Fiscalía a través de denuncias internas. En sus propias palabras, escribió en X: “Quieren eliminar físicamente a quienes somos oposición a Petro en Colombia”.
Revelación que sacude el paisaje político
Según las autoridades, disidencias de las Farc habrían destinado cerca de 8 millones de dólares para ejecutar atentados contra Gutiérrez y figuras relevantes de la oposición.
Esa información llegó a las autoridades desde dentro del sistema penitenciario: un prisionero de alto perfil compartió detalles del plan armado por estas estructuras criminales.
La lista de posibles objetivos no termina con el alcalde. También estarían en la mira líderes nacionales como Álvaro Uribe, María Fernanda Cabal, Abelardo de la Espriella y la concejala Claudia Carrasquilla, entre otros.
Alarma institucional e impulso a la protección
En respuesta inmediata, la Fiscalía instruyó a la Unidad Nacional de Protección (UNP) fortalecer el esquema de seguridad del alcalde y su familia.
Paralelamente, la Policía intensificó la coordinación con autoridades judiciales locales y nacionales, elevando los protocolos de seguridad en coordinación con la Alcaldía de Medellín.
Estos gestos reflejan una preocupación real por la capacidad del Estado para responder a una amenaza política de estas dimensiones.
Reacciones y repercusiones políticas
El exfiscal Francisco Barbosa expresó su respaldo a Gutiérrez, acusando que “las garantías de oposición se están agotando”, mientras arremetía contra discursos estigmatizantes desde el gobierno.
Varios partidos y simpatizantes de Fico demandaron mayor celeridad en la investigación y acciones preventivas.
El Centro Democrático, partido al que están próxima la mayoría de las figuras amenazadas, emitió un comunicado donde exige medidas urgentes en seguridad y protección de la actividad política, llamando a no permitir que la violencia silencie a nadie.
Editorial | Cuando el ejercicio político se convierte en riesgo extremo
Este caso marca un punto de inflexión. No se trata ya de discursos hostiles o retos simbólicos; está en juego la vida de quienes representan otra visión política del país. La política democrática requiere protección, no resignación.
La revelación obliga al Estado a asumir tres retos fundamentales:
Blindar a los líderes en riesgo, no solo con escoltas, sino con inteligencia y prevención real.
Fortalecer la política como espacio seguro de expresión, sin miedo.
Procesar estos hechos como lo que son: posibles actos de terrorismo político, no simples amenazas aisladas.
Conclusión
La frase de Federico Gutiérrez no es una hipérbole. Es un grito de alarma que exige respuesta sistemática y urgente. En Colombia, la oposición ha sido puesta en la línea de fuego, y el país debe reaccionar fortaleciendo la democracia, no debilitándola. Que estas amenazas no queden en cifras: deben catalizar acciones firmes por la preservación de la vida política.