La Superintendencia Nacional de Salud ha encendido las alertas tras realizar una serie de inspecciones a bodegas de almacenamiento de medicamentos, particularmente a las instalaciones de Audifarma, una de las principales distribuidoras del país. Según la entidad, se encontraron inventarios de múltiples medicamentos esenciales que, pese a su disponibilidad, no han sido entregados oportunamente a los usuarios del sistema de salud, lo que ha generado múltiples quejas y afectaciones a pacientes en diversas regiones de Colombia.
Durante los operativos realizados en días recientes, la Supersalud evidenció que medicamentos de alto costo, incluidos tratamientos para enfermedades crónicas como diabetes, cáncer, hipertensión y patologías huérfanas, permanecían almacenados sin despacho, mientras ciudadanos denunciaban escasez, demoras y negación en la entrega de sus tratamientos.
La entidad calificó esta situación como inadmisible y perjudicial, y exigió a Audifarma y demás actores del sistema actuar con diligencia, respetando el derecho fundamental a la salud. Según voceros oficiales, “no se puede aceptar que mientras los pacientes esperan sus medicamentos con urgencia, estos permanezcan sin circular en las bodegas por motivos administrativos o logísticos”.
Por su parte, Audifarma respondió a los señalamientos asegurando que el almacenamiento de medicamentos en proceso de despacho o recepción es parte del ciclo operativo normal. Indicaron que muchos de los productos hallados estaban siendo organizados para su entrega, y que la distribución se realiza conforme a las órdenes emitidas por las EPS, según disponibilidad y tiempos de logística.
Sin embargo, Supersalud ha reiterado que esto no justifica los retrasos prolongados, y ha advertido que tomará medidas administrativas y sancionatorias si persiste la falta de entrega efectiva de los tratamientos. La superintendente delegada instó a que se adopten acciones inmediatas para garantizar la entrega oportuna, en especial a los pacientes con condiciones clínicas que dependen críticamente de su medicación diaria.
Análisis
Este episodio refleja las tensiones estructurales del sistema de salud colombiano, donde la burocracia entre EPS, prestadores y distribuidores termina afectando directamente al eslabón más débil: el paciente. Aunque las bodegas estén llenas, si no hay eficiencia en la cadena de suministro, el acceso efectivo a la salud se convierte en una promesa vacía.
Además, el hallazgo de medicamentos almacenados mientras se reportan desabastecimientos en hospitales y clínicas despierta serias dudas sobre la transparencia y eficacia de la logística médica. Es clave preguntarse: ¿cuántas vidas están en riesgo por estos cuellos de botella administrativos?
La respuesta del Estado debe ir más allá del llamado de atención. Se requieren mecanismos más ágiles de inspección, sanción ejemplar a quienes incumplan y una transformación digital que permita trazabilidad completa del medicamento desde su llegada al país hasta su entrega final. Mientras eso no ocurra, el sistema seguirá siendo rehén de la ineficiencia y la falta de voluntad operativa.
En un país donde el derecho a la salud es constitucional, no puede permitirse que haya medicamentos guardados mientras pacientes mueren esperando una fórmula médica.