El conflicto entre Israel y Hezbolá escaló dramáticamente el 3 de octubre de 2024, cuando Israel lanzó una de sus mayores ofensivas sobre el Líbano desde el inicio de los enfrentamientos. Con más de 200 bombardeos aéreos, las fuerzas israelíes dirigieron su ataque a múltiples puntos estratégicos de Hezbolá, principalmente en el sur del Líbano y áreas clave en Beirut. Estos ataques tienen el objetivo de destruir túneles, armamento y la cadena logística del grupo chiita.
Entre los blancos atacados se encuentran cuarteles de inteligencia militar de Hezbolá, instalaciones de medios de comunicación y depósitos de armas en la región de Dahiye, al sur de Beirut, donde el grupo tiene una fuerte presencia. Los ataques, que contaron con la colaboración de inteligencia de los Estados Unidos, también golpearon posiciones estratégicas en la ciudad de Bint Ybeil, cerca de la frontera israelí, matando a 15 combatientes de Hezbolá en las últimas 24 horas.
Por su parte, Hezbolá respondió con el lanzamiento de más de 230 cohetes y drones contra el norte de Israel, lo que activó las sirenas de alerta y forzó a la población israelí a refugiarse en búnkeres. Israel informó que interceptó varios drones sobre el mar, aunque algunos cohetes lograron impactar en zonas cercanas a la frontera sin causar daños significativos.
Evacuaciones masivas en el sur del Líbano
Ante la intensificación de las hostilidades, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ordenaron la evacuación inmediata de más de 20 localidades en el sur del Líbano, advirtiendo a los residentes que se alejen de cualquier instalación vinculada a Hezbolá. Las autoridades israelíes instaron a los civiles a dirigirse al norte del río Auali, a unos 60 kilómetros de la frontera, para evitar quedar atrapados en el fuego cruzado.
El conflicto, que comenzó hace casi un año, ha dejado más de 2,000 muertos en el Líbano, incluidos 127 niños y 261 mujeres, según cifras oficiales del Ministerio de Sanidad libanés. Además, más de 9,000 personas han resultado heridas en las últimas semanas de combates, agravando la situación humanitaria en el país.
Contexto del conflicto
Los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá se han intensificado desde principios de 2024, pero la ofensiva actual es la más grande desde la guerra de 2006. El grupo Hezbolá, apoyado por Irán, ha utilizado el sur del Líbano como base para sus ataques contra Israel, lo que ha llevado a Israel a aumentar la presión militar sobre la región con la esperanza de desmantelar las capacidades operativas del grupo.
La situación en la región sigue siendo extremadamente volátil, con informes de nuevos bombardeos y ataques cruzados cada día. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue llamando a la contención, temiendo una escalada mayor que podría arrastrar a más actores regionales al conflicto.
Las próximas semanas serán cruciales para determinar si se podrá contener la escalada o si la región se verá inmersa en un conflicto a gran escala con consecuencias impredecibles para Medio Oriente.