En la jerarquía de necesidades humanas según Abraham Maslow, la seguridad se sitúa como un pilar fundamental después de satisfacer las necesidades básicas de supervivencia. Desde tiempos antiguos hasta la actualidad, la seguridad ha sido vital para el desarrollo y la prosperidad de las civilizaciones, siendo un elemento esencial tanto a nivel personal como en el ámbito corporativo y nacional.
La seguridad no solo implica protegerse de amenazas externas, sino también crear un entorno propicio para la productividad y el bienestar. En el mundo empresarial, cada vez se valora más la prevención sobre la reacción, reconociendo que la seguridad no solo aporta tranquilidad, sino que también representa una inversión que mejora la rentabilidad y el ambiente laboral.
Un entorno seguro en el trabajo permite a los empleados concentrarse en sus tareas sin preocuparse por amenazas externas, lo que contribuye a una mayor eficiencia y productividad. Asimismo, la seguridad no se limita al entorno laboral; es esencial en todas las actividades cotidianas, desde hacer compras hasta pasear al perro.
Sin embargo, a pesar de su importancia, muchas organizaciones han menospreciado la seguridad en un intento por reducir costos, lo que puede tener consecuencias devastadoras. Ejemplos históricos y contemporáneos ilustran cómo la falta de seguridad puede llevar al fracaso de naciones y empresas.
En conclusión, la seguridad no debe ser vista como un gasto, sino como una inversión con un alto retorno. Tanto a nivel personal como empresarial, invertir en seguridad mejora la percepción, la productividad y la rentabilidad. Es esencial reconocer y valorar la importancia de la seguridad en todas sus formas, y trabajar en una gestión basada en resultados tangibles y cuantificables.
La seguridad siempre será un desafío, pero los profesionales responsables están dedicados a garantizar ambientes protegidos y controlados para el bienestar generalizado. Menospreciar el riesgo y reducir recursos en seguridad son acciones imprudentes que pueden tener consecuencias graves. Es hora de entender que la seguridad es más que un gasto: es una inversión en el futuro de las organizaciones y la sociedad en su conjunto.
Por: Ariel Rodríguez Moreno – CPP, FBINAA Puedes leer el artículo completo Aquí
