La Administración Federal de Aviación (FAA) ha concedido la autorización para el octavo vuelo de prueba de Starship, el ambicioso cohete de SpaceX, tras el incidente registrado en el vuelo anterior. La compañía se prepara para este nuevo intento, con el objetivo de avanzar en el desarrollo del sistema de lanzamiento más potente del mundo.
Objetivos del vuelo 8
Este nuevo lanzamiento busca evaluar mejoras en el diseño y operación del cohete, con varios objetivos clave:
- Recuperación del propulsor Super Heavy: Se intentará llevar a cabo una maniobra controlada para regresar el propulsor a la plataforma de lanzamiento, donde será capturado por la torre de lanzamiento.
- Aterrizaje del Starship en el Océano Índico: Se probará la capacidad del vehículo de resistir la reentrada atmosférica y completar un aterrizaje controlado en el agua.
- Optimización de componentes: Se han implementado cambios en los alerones delanteros para mejorar la resistencia térmica y reducir su vulnerabilidad durante la reentrada.
Antecedentes: El incidente del vuelo 7
El vuelo anterior, realizado el 16 de enero, terminó abruptamente debido a fallas en el sistema de combustible del cohete, lo que provocó la dispersión de escombros sobre el Caribe y obligó a modificar rutas aéreas comerciales. Tras el incidente, se llevaron a cabo ajustes en el diseño del sistema de propulsión para mejorar su fiabilidad en futuras misiones.
Próximos pasos
Con la aprobación de la FAA, SpaceX tiene previsto realizar el vuelo 8 en los próximos días, con la expectativa de continuar avanzando en su plan para desarrollar un sistema de transporte interplanetario reutilizable. Aunque la investigación sobre el vuelo 7 sigue en curso, la compañía ha cumplido con los requisitos técnicos y de seguridad necesarios para llevar a cabo esta nueva prueba.
