El este de Estados Unidos se encuentra bajo los efectos de una tormenta de nieve de proporciones históricas que ha causado estragos en múltiples estados de la región. Hasta el momento, se reportan al menos cinco fallecidos, miles de vuelos cancelados, carreteras intransitables y cortes generalizados en el suministro eléctrico, afectando a millones de personas.
Impacto en la movilidad y servicios básicos
El fenómeno climático ha paralizado el transporte aéreo, con cientos de aeropuertos en alerta. Miles de vuelos han sido cancelados, dejando a los viajeros varados en medio de la crisis. Las principales carreteras del noreste han sido cerradas debido a la acumulación de nieve, que en algunas zonas supera los 60 centímetros.
Asimismo, las escuelas y oficinas gubernamentales permanecen cerradas, mientras los equipos de emergencia trabajan incansablemente para restablecer los servicios esenciales. Más de un millón de hogares y negocios se encuentran sin electricidad debido a las fuertes nevadas y vientos huracanados que derribaron postes de luz y tendidos eléctricos.
Alertas y recomendaciones
Las autoridades locales han emitido alertas de emergencia en varios estados, instando a los residentes a permanecer en sus hogares y evitar desplazamientos innecesarios. Las condiciones en las carreteras son extremadamente peligrosas, y se recomienda tener suministros básicos y mantenerse informado a través de los canales oficiales.
Esfuerzos de rescate y recuperación
Equipos de emergencia trabajan sin descanso para brindar asistencia a las comunidades más afectadas. En algunas áreas, las nevadas han dejado a cientos de personas atrapadas en sus vehículos durante horas. Además, se han habilitado refugios temporales para quienes no pueden regresar a sus hogares debido a las inclemencias del tiempo.
Proyecciones meteorológicas
Los servicios meteorológicos advierten que las condiciones extremas podrían persistir durante los próximos días, con temperaturas que alcanzarán mínimos históricos y el riesgo de nuevas nevadas. Esta tormenta ha sido calificada como una de las más severas en las últimas décadas, afectando una extensa franja del país desde los Grandes Lagos hasta la costa este.
La prioridad en este momento es garantizar la seguridad de la población y mitigar los efectos de este devastador fenómeno natural. Las autoridades han pedido calma y cooperación para superar este desafío climático sin precedentes.
