Óscar Camargo Ríos, conocido como alias Pichi, fue recapturado en el municipio de Copacabana, Antioquia, en una operación estratégica realizada por las autoridades colombianas. Su detención pone fin a una fuga que inició en octubre de 2024, tras evadir su detención domiciliaria en Bucaramanga, donde cumplía una pena por delitos relacionados con narcotráfico y crimen organizado.
Alias Pichi, señalado como uno de los principales cabecillas del narcotráfico en Santander, utilizó un elaborado plan para escapar, incluyendo el abandono de su brazalete electrónico y el uso de una red de apoyo que le proporcionó recursos económicos y refugio. Durante su huida, permaneció oculto en una vivienda de lujo en Medellín y otras propiedades en Antioquia, valiéndose de identidades falsas para evitar ser detectado.
La operación que permitió su recaptura involucró un riguroso seguimiento a sus comunicaciones telefónicas. Alias Pichi contactaba regularmente a su hijo y a personas de confianza, lo que permitió a las autoridades rastrear su ubicación precisa. El operativo final se ejecutó con un despliegue conjunto entre la Policía Nacional y la Fiscalía General, garantizando una intervención rápida y sin enfrentamientos.
Este caso ha generado una fuerte reacción en la Gobernación de Santander, que había ofrecido una recompensa significativa por información que condujera a su captura. Las autoridades locales destacaron la importancia de esta operación para desarticular redes de crimen organizado en la región y reforzar la seguridad ciudadana.
Alias Pichi enfrentará ahora nuevas acusaciones derivadas de su fuga y complicidad de terceros en su evasión. Su recaptura representa un mensaje contundente en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, reiterando el compromiso de las autoridades para garantizar justicia y seguridad en el país.