A pesar de las lluvias recientes, los niveles de agua en los embalses que abastecen a Bogotá continúan siendo preocupantes. El sistema Chingaza, que provee más del 70% del agua a la capital, está por debajo de los niveles esperados para esta época del año. En particular, el embalse de Chuza registra un nivel alarmante de solo 34,74%, mientras que el embalse de San Rafael mantiene un 77,36%, cifra más estable pero aún lejos del objetivo de seguridad hídrica.
Las autoridades de la CAR Cundinamarca y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) han implementado medidas de racionamiento en varias zonas de la ciudad, con el objetivo de evitar una crisis mayor. El consumo de agua ha superado los límites establecidos, alcanzando los 16,5 metros cúbicos por segundo, cuando el límite ideal era de 15 m³/s. Este sobreconsumo, combinado con la sequía prolongada de los meses anteriores, ha exacerbado la situación.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha llamado a los ciudadanos a reducir el consumo de agua, destacando la importancia de este esfuerzo conjunto para prevenir el agotamiento del recurso en la ciudad. Se han anunciado sanciones para los hogares que exceden el consumo permitido, con aumentos en las tarifas de agua en Bogotá y Soacha.
A pesar de los pronósticos de lluvia para los meses de octubre y noviembre, las autoridades advierten que es necesario mantener la alerta y seguir las restricciones vigentes para evitar una crisis más severa hacia el final del año.